ESTRATEGIAS MUSICALES EN EL COMERCIO.

Vivimos rodeados de música. 

Aunque muchas veces ni siquiera nos fijamos en ella, a nuestro alrededor suena música a todas horas, ya sea en el trasporte público, en los ascensores o cuando compramos.

Toda esta música afecta, de manera inconsciente, a la manera en la que actuamos, lo cual es aprovechado por los comercios.

Y es que, el hilo musical que se escucha en los fondos de los supermercados como música ambiental no es simple relleno acústico, sino que afecta al tráfico de personas como han demostrado diversos estudios que afirman que la velocidad a la que se mueven las personas cambia en función del tempo de la música que escuchan.

Es por eso por lo que lo normal es que escuches una música relajada mientras haces la compra. De esta manera se fomenta un consumo lento y pausado que alargará la estancia en el establecimiento y aumentará las probabilidades de que compres más cosas.

Por otro lado, la música rápida se utiliza, por ejemplo, en tiendas de ropa para que el público consuma de una forma mas apresurada, precipitada e impulsiva, y de esta forma dediquen menos tiempo a examinar la calidad de la mercancía.

Esto también es útil en lugares donde hay mucha afluencia de gente que necesita ser despachada para evitar conglomeraciones o incluso en los restaurantes de comida rápida para incrementar la velocidad a la que los clientes mastican.

Por ejemplo, un estudio comprobó que en una tienda de vinos de Francia, los clientes, cuando escuchaban una música calmada de fondo, como puede ser la música clásica, tendían a comprar vinos más caros.

"También hay estudios que señalan que en los restaurantes con música agradable y lenta, los comensales permanecen más tiempo" aportaba Sierra, uno de los investigadores.

Aunque hay que aclarar que la influencia de la música también se ve respaldado por otros factores como el "ambiente físico del consumo", que son los colores del establecimiento, la decoración...

En mi opinión, la música que nos rodea es excesiva y esta conduciendo a una saturación general que hace que no demos tanta importancia a los sonidos que nos rodean, e insensibilizandonos.